El tratamiento de humedades, cuando aparecen, es una de las preocupaciones que más quebraderos de cabeza produce a propietarios y moradores de las viviendas. Cada vez más recurrimos a empresas especializadas del ramo para solucionarlas, frente a otras alternativas más generalistas.
Antes, cuando aparecían humedades en techos o paredes, se recurría a un pintor para camuflarlas o, si el problema parecía más grave, llamábamos a un albañil para que le echara un vistazo. Pasado un tiempo, aquellas humedades volvían a aparecer. Hoy, tendemos a buscar a un especialista en la materia para solucionar definitivamente el desperfecto.
Así nos lo cuenta Eva Álvarez, de Alicante. Quien percibió humedades y goteras en el techo de una habitación de su vivienda. Para solucionarlo recurrió a Planit, un estudio de Arquitectos Técnicos especializados en el tratamiento de humedades en Alicante. Tras un estudio exhaustivo, descubrieron que había filtraciones en el edificio, lo solventaron y las humedades desaparecieron para siempre.
El tratamiento de humedades es un ramo relativamente nuevo dentro de la reforma y rehabilitación de edificios. Obedece a solucionar un problema concreto que aparece de forma inesperada.
No hace mucho tiempo, en los pueblos, cuando surgían goteras o humedades, se llamaba a un paleta que lo que hacía era revisar el tejado para comprobar que ninguna teja se hubiera movido. Si el problema venía del techado, una vez solucionado, un pintor se encargaba de eliminar los restos de humedad de techos y paredes e igualaba el color de la habitación.
En bloques de pisos, la comunidad de propietarios o un particular, solía recurrir a un fontanero para descartar que la humedad estuviera originada por alguna rotura en las tuberías. Con frecuencia, el seguro de vivienda se encargaba de todo.
En la actualidad, nos hemos percatado que para acometer un tratamiento efectivo de humedades tenemos que recurrir a empresas especializadas dirigidas por arquitectos o ingenieros que investiguen la raíz del problema. Un tipo de empresas cada vez más demandas, formadas por personal cualificado.
Detectar el origen de las humedades no es siempre sencillo.
Cuando aparece un problema de este tipo, la tendencia habitual es echarle la culpa al vecino o buscar una explicación sencilla, pero siempre no lo es.
Una de las causas más habituales de humedades son las filtraciones. Pequeñas grietas o fisuras en la composición del edificio por la que va discurriendo el agua hasta generar pequeños charcos internos que traspasan techos y paredes.
La aparición de estas humedades es lenta y paulatina. No surge de un día para otro. Detectar el origen de las filtraciones puede suponer un verdadero jeroglífico. Imaginemos que se ha abierto una pequeña grieta en la impermeabilización de la azotea de un bloque de pisos. El agua de lluvia, en pequeñas cantidades, se filtra en el interior del edificio. Una vez dentro, se va abriendo paso por pequeñas fisuras que detecta en la unión de los ladrillos o en las estructuras de hormigón. Cuando no tiene por donde discurrir se amontona formando charcos.
El recorrido que siguen las filtraciones de agua es imprevisible. Así, por ejemplo, una grieta en la azotea puede llegar a producir humedades en un segundo piso de un bloque de 5 alturas.
Otras veces el agua proviene de una pequeña fuga que se ha ocasionado en el sistema de tuberías. Por pequeña que sea la fuga, el agua que sale de la canalización sigue un recorrido incierto similar al del caso anterior. No existe una correspondencia directa entre las humedades que se aprecian en una habitación y las tuberías que discurren cerca. Puede ser que el origen del problema esté localizado lejos de allí. Dos o tres plantas más para arriba.
Se puede proceder a reforzar la impermeabilización interna de la habitación afectada, pero el problema de las filtraciones sigue existiendo. El agua filtrada continuará acumulándose y buscará espacios por los que seguir avanzando.
El peligro que entrañan las humedades que persisten en el tiempo es que pueden dañar elementos estructurales del edificio, incluidos los cimientos. Por otro lado, las concentraciones de humedad son un vivero de proliferación de bacterias y hongos que pueden volver insalubre la vida dentro del inmueble.
Abordar consecuentemente estos problemas requiere una interpretación de los planos del edificio y de las técnicas de construcción. Así como una investigación para detectar la raíz del problema. Tarea para la cual es necesario tener una formación específica en la materia.
Cómo lo resuelven los especialistas.
Un artículo publicado en el digital Mejor Con Salud reitera como las humedades en los edificios es la causa de muchas enfermedades crónicas de cierta gravedad. Desde dolencias reumatoides hasta enfermedades en el aparato respiratorio. Las humedades, por tanto, no son un problema trivial.
A continuación, el artículo se dedica a describir cómo proceden los profesionales para resolver estos problemas.
Es fundamental para solucionar las humedades dentro de una vivienda, contratar a una empresa especializada. El primer paso de los especialistas es explorar todo el edificio para conocer dónde se origina el problema y cuáles son sus causas.
Detectado el origen de la humedad, se procede a raspar la zona afectada por las humedades y eliminar la suciedad adherida a techos y paredes. La finalidad de esta acción es depurar la zona de hongos y bacterias que puedan volver a ocasionar humedades pasado un tiempo.
Una vez limpiada la superficie con humedades hay que proceder a solucionar el problema de raíz. Esto puede implicar sellar fisuras, instalar tejados nuevos, reparar los viejos o cambiar tuberías internas del edificio. Todo depende del diagnóstico de la situación.
Solucionados los puntos de fuga, queda por recubrir los huecos de la pared y devolverle la estética original al edificio. Si la empresa lo considera oportuno, la restauración se efectuará con materiales más impermeables y contundentes que los antiguos con el fin de evitar un resurgir de la humedad. El problema ya está solucionado en origen, pero cualquier precaución que se tome en este aspecto es bienvenida.
El paso final debe ser pintar las estructuras con un vinilo anti-humedad resistente. Además, en las paredes interiores y exteriores se puede aplicar un producto impermeabilizante para proteger más aún el edificio.
La especialización en el sector de las reformas.
El tratamiento de humedades es una reforma o rehabilitación de un edificio de primera necesidad. Con esto queremos decir que si deseamos preservar la salud de la vivienda y la de nosotros mismos, esta es una acción ineludible. Al mismo tiempo, es un trabajo especializado.
La especialización en el sector de la construcción no es nada nuevo. El trabajo en la construcción está compuesto por oficios y profesiones especializadas: encofradores, alicatadores, empresas especializadas en fachadas, aparejadores, ingenieros, arquitectos, etc.
A raíz de la crisis del 2008, que supuso la explosión de la burbuja inmobiliaria y el fin de la llamada economía del ladrillo, las empresas de construcción para sobrevivir, tuvieron que dar el salto al sector de la reforma, aplicando la misma filosofía de especialización que tenían cuando se dedicaban a la construcción de nuevos edificios.
Es en este momento cuando empiezan a proliferar empresas especializadas en el tratamiento de humedades. No es que antes no se tratara este problema, sino que no se hacía de una manera tan específica. La especialización se aplicaba más en la construcción que en la reforma.
Un artículo publicado en el Diario de Sevilla señala que contar con profesionales cualificados en las pequeñas obras y reformas es un valor seguro.
El arquitecto Baltasar Hidalgo, coordinador del área de proyectos del grupo Arques, comenta al periódico andaluz que mucha gente piensa que contratar a un equipo de arquitectos o ingenieros para una obra que se considera menor es una pérdida de dinero, que encarece el proyecto. Las empresas especializadas de este tipo demuestran con su práctica todo lo contario. Al tener un conocimiento más profundo de los edificios, las operaciones de reforma son más precisas y duran menos en el tiempo, lo cual implica un abaratamiento de costes. Ya que el gasto principal de cualquier obra de reforma o rehabilitación recae en las horas de trabajo.
Por otro lado, que estas obras estén dirigidas por expertos evita que se produzcan averías accidentales en otros elementos del edificio y se consigue que el problema se resuelva de manera definitiva. Esto en el tratamiento de humedades es algo evidente. Las humedades eran un problema que se solucionaba provisionalmente y con el tiempo volvían a aparecer. Desde que operan en el mercado empresas especializadas en este campo, los casos de humedades reincidentes han disminuido considerablemente.
Para que nos hagamos una idea del nivel de especialización que tiene estas empresas, debemos tener en cuenta que muchas de ellas están dirigidas por arquitectos o ingenieros técnicos. Los cuales tienen la formación suficiente como para detectar el origen de las humedades, haciendo un estudio pormenorizado de la composición del edificio y estableciendo las acciones a seguir.
Los equipos de estas empresas están formados técnicos en impermeabilización, fontaneros y albañiles. Todos ellos efectúan un trabajo combinado siguiendo las instrucciones facilitadas por un arquitecto o un ingeniero.
Contratar a una empresa especialista en tratamiento de humedades nos proporciona más seguridad en la resolución del problema.