El desarrollo de los ejecutivos es tan necesario como el de los demás

Tener éxito en el mundo empresarial es algo que no está al alcance de todo el mundo y que requiere de una serie de conocimientos bastante amplia. Las entidades que triunfan en el mercado han llevado a cabo determinadas campañas que han funcionado porque se han asentado sobre una base que invitaba a ser optimistas. Arriesgar ha sido uno de los motivos por los cuales una entidad haya podido tener éxito, pero nadie arriesga porque sí. Hay que tener una cierta capacidad de precisión y un plan B, además de un profundo conocimiento interno de la organización, para que todo salga lo bien que esperamos. Si la situación no es esa, los problemas terminan llegando siempre.

Queremos centrarnos en uno de los aspectos que hemos mencionado en el primer párrafo y que nos parecen fundamentales en el grado de éxito que pueda alcanzar un determinado negocio. Hablamos del funcionamiento interno de una empresa. Las relaciones que existan entre las diferentes personas y departamentos que la componen, así como los equipos de trabajo que existan y el reparto de las funciones y tienen mucho que ver con cómo es el día a día en la empresa, qué grado de eficiencia se consigue y cómo van saliendo las cosas en comparación con los objetivos que se han planteado de antemano.

Comprender esas rutinas de trabajo y la relación entre los departamentos nos da pistas sobre las cosas que podemos retocar de cara al futuro de la organización y su mejora. Nos permite identificar cuáles son las causas de los problemas que podamos tener y, en consecuencia, plantear soluciones que puedan eliminar esos problemas y conseguir un entorno de trabajo que no solo sea más eficaz que el que existía antes, sino que también nos permita que el ambiente de trabajo sea mejor. En este tipo de cosas suele estar la diferencia entre el éxito y el fracaso en lo que tiene que ver con el funcionamiento interno y la productividad en el seno de una empresa.

En este sentido, es importante tener en consideración cuál es la posición del líder. Hablamos de una persona que no tiene por qué ser el CEO de la empresa ni el jefe de uno de sus departamentos. Esta figura puede serlo cualquiera porque a lo que nos referimos como líder es a esa persona que tira del carro contra viento y marea y que siempre está dispuesta a ayudar a las demás con independencia de cuáles sean las circunstancias. También puede ser líder aquella persona que, aunque ocupe el escalafón más bajo del organigrama, disponga de un mayor conocimiento de las máquinas, procesos o filosofía de la empresa.

Hemos querido conocer cómo es el líder ideal para los españoles y para ello hemos recurrido a una noticia que fue publicada en la página web Emprendedores.es. En dicha noticia, aparecen nombres como los de Rafa Nadal, Pau Gasol, Bill Gates, Margarita del Val o Sara García. Por regla general, siempre se menciona a gente muy especializada en su ámbito de acción pero que también tiene un importante valor a nivel humano (el mejor de esos casos es Pau Gasol, que no solo fue una estrella del baloncesto sino que también ha proporcionado dinero para organizaciones benéficas y ha apostado fuerte por la inclusión de los más desfavorecidos en la sociedad y en el baloncesto en particular).

En ese enjambre de personas, departamentos y funciones que conforma una empresa es necesario identificar oportunidades de mejora y llevarlas a cabo en cuanto sea posible. Para ello, es imprescindible que las personas que se encuentran al mando en el seno de una organización dispongan de una formación lo más pormenorizada posible y sepan cómo poder realizar esa identificación de oportunidades y cómo aprovechar la coyuntura para establecer mejoras. Esto es una verdadera ciencia y plantea situaciones y posibilidades que podríamos no haber imaginado. Los ejecutivos y directores de las empresas son los primeros que se tienen que formar para desarrollar su trabajo y guiar a la empresa hacia el éxito. Por eso, cada vez son más las empresas que vienen decidiendo apostar por el desarrollo directivo según nos han indicado desde Action Project, una empresa precisamente dedicada a este tipo de cuestiones y cuyos profesionales han venido destacando que son tanto grandes negocios como pymes los que vienen apostando por este desarrollo directivo.

Hay países en los que ha existido una fuerte tradición en lo que a desarrollo directivo se refiere. Los países escandinavos han sido una referencia en este sentido, así como países de habla inglesa, como el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia o Irlanda. Todos ellos tienen economías que vienen siendo muy competitivas o que lo están empezando a ser ahora. Y está claro que algo tendrá que ver eso con el desarrollo al que los directivos de las empresas se vienen sometiendo. Está claro que la buena posición económica de un país no va a depender solo de esto, pero sí que es cierto que una influencia positiva se genera gracias a ese desarrollo.

En España, este desarrollo directivo del que estamos hablando no ha sido una ciencia que los empresarios hayan tenido en consideración desde hace demasiado tiempo. Más bien, este asunto es algo que podríamos catalogar como novedoso para los ejecutivos españoles. Sin embargo, a nadie se le escapa el hecho de que esto es lo que se encuentra detrás, entre otras cosas, del aumento de la competitividad de las empresas de nuestro país en un entorno siempre tan complicado y competitivo como el de la Unión Europea. Y esa es una noticia excelente que celebramos y que tenemos que seguir haciendo posible por muchos años que pasen.

Un desarrollo que no ha de ser solo para los empleados 

Todo el mundo conoce la importancia que tiene la formación para cualquier tipo de trabajador. Es la base para que se convierta en un trabajador eficaz y para que no se quede obsoleto en un mundo que está en constante evolución y que requiere de una actualización permanente y de los conocimientos que se manejan en cada área. Si no hay formación, hay atraso. Y cuando hay atraso, todo lo que tenga que ver con el futuro del negocio se encuentra en un claro riesgo. Por eso, cualquier inversión que se realice en materia formativa siempre va a tener un resultado muy positivo en lo que tiene que ver con la rentabilidad que se le saca a la actividad desarrollada por una empresa.

Si todos los niveles de la empresa obtienen el desarrollo que tan necesario resulta para la ejecución de su trabajo, se conseguirá que la eficiencia sea algo habitual en el 100% de la organización y no solo en una parte de la misma. El trabajo en este tipo de contextos debe ser en equipo y los resultados no serán buenos si el nivel de formación y desarrollo es uno para un tipo de trabajadores y otro para el resto de la plantilla. Hay que tener cuidado con estas cosas y hacer posible que todo el mundo se desarrolle de la misma manera y en el mismo periodo de tiempo. Si no es así, se produce un desbarajuste que va a seguir provocando problemas.

Los ejecutivos de las empresas, optimistas en todos los sentidos de cara al futuro 

En una noticia publicada en la página web del diario Heraldo se indicaba que los ejecutivos de las empresas de este país eran más optimistas que la media en relación al futuro de sus negocios. El 78% de los empresarios ponía de manifiesto que confiaba en el progreso de la economía española y en el crecimiento de su entidad en particular incluso a pesar de la incertidumbre económica que viene imperando en nuestra sociedad desde la llegada de la pandemia y que se ha mantenido por culpa de la guerra de Ucrania.

Una de las cosas que les permiten ser optimistas con respecto al futuro tiene que ver con ese desarrollo que se viene produciendo en todos los niveles y departamentos de su negocio, un desarrollo que no es simple postureo, sino que es una cuestión seria y que genera mejoras y oportunidades a la empresa en cuyo seno se producen. Entendiendo esto, tenemos mucho ganado en nuestra empresa. Por eso es recomendable que nunca dejemos de lado cuestiones que puedan ayudar a la plantilla a seguir desarrollándose profesionalmente. A fin de cuentas, su desarrollo personal va a repercutir sobre el empresarial.

Si hay una apuesta por el desarrollo y por el talento, hay una apuesta por el futuro. Está claro y ha quedado demostrado en múltiples ocasiones. Afortunadamente, en España ya vamos siendo plenamente conscientes de este asunto y eso es lo que nos indica que nuestros negocios se están moviendo en el buen sentido. Ojalá sigamos en ese camino y que encontremos de este modo la oportunidad de hacer de este país un entorno muy competitivo. Es la mejor manera de apostar por el progreso.

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